Kylie se rindió
Una vez que vivió una vida feliz en una granja, Kylie tuvo una familia que la cuidó hasta que quedó embarazada. A medida que avanzaba su embarazo, surgieron complicaciones y necesitó una cesárea. Al no poder pagar la cirugía, su familia la entregó a regañadientes a la Spokane Humane Society en Washington.
Afortunadamente, los cachorros de Kylie nacieron sanos y rápidamente encontraron hogares amorosos. Sin embargo, Kylie se quedó atrás, sintiéndose confundida y abandonada. Extrañaba el cariño de su familia y anhelaba su regreso. El personal del refugio quedó desconsolado al ver que los posibles adoptantes pasaban por alto a un perro tan cariñoso.
A pesar de su naturaleza amable y su anhelo de amor, nadie mostró interés en adoptar a Kylie. El equipo del refugio esperaba que un cambio de entorno pudiera mejorar sus posibilidades de encontrar un hogar permanente.
El viaje de Kylie la llevó a otra ciudad, donde continuó su búsqueda de una familia amorosa. ¿Encontraría finalmente la felicidad que merecía?
Mudarse a otro refugio
El refugio de Spokane decidió transferir a Kylie a la Sociedad Humanitaria Benton-Franklin en Kennewick, Washington, con la esperanza de tener mejor suerte. Allí, una voluntaria llamada Julie formó un vínculo especial con ella, brindándole a Kylie el afecto y el tiempo de juego que tanto necesitaba.
Julie compartió: “Me sentaré en la perrera con ella y ella se sentará conmigo. A ella le gusta tener mascotas. Es difícil para ella porque no tiene tanto tiempo con la gente como le gustaría”. Kylie apreció estos momentos, brindándoles alegría tanto a ella como a los voluntarios.
Julie notó que Kylie saludó al personal y a los voluntarios con un juguete en la boca, meneando la cola y los ojos brillantes. Esta era su manera de expresar entusiasmo y ganas de relacionarse con la gente.
Los esfuerzos de Julie por mantener feliz a Kylie incluyeron sorprenderla con juguetes nuevos. Pero, ¿serían estos pequeños gestos suficientes para encontrarle a Kylie un hogar permanente?
El adorable Doggo ama a la gente
Kylie tuvo un pasado lleno de interacciones con otros animales de la granja. Sin embargo, sus años en el refugio cambiaron su comportamiento, haciéndola menos aficionada a otros animales.
Julie cree que esta aversión hacia otras mascotas es el principal obstáculo en el proceso de adopción de Kylie. “Creo que ese es el 90% de la razón por la que no ha encontrado un hogar, porque la mayoría de los amantes de los animales tienen un perro o un gato”, explicó.
A pesar de esto, el amor de Kylie por los humanos se mantuvo fuerte. Cuando Julie le presentó a sus sobrinas, la alegría de Kylie era palpable. Estaba encantada de conocerlos y jugar con ellos.
La naturaleza afectuosa de Kylie significaba que tenía mucho amor para dar. Todo lo que necesitaba era una oportunidad de demostrárselo a una familia. ¿Podría alguien pasar por alto su aversión hacia otros animales y darle el hogar que anhelaba?
Esperanza de un futuro mejor
El personal del refugio siguió creyendo en el potencial de Kylie para encontrar un hogar maravilloso. Su área luchaba contra la sobrepoblación de mascotas, lo que hacía más difícil encontrar una familia adoptiva o de acogida para ella.
A pesar de estos desafíos, mantuvieron la esperanza de que alguien reconociera el corazón amoroso de Kylie y la llevara a casa. Ver a Kylie salir del refugio y disfrutar del amor familiar sería un sueño hecho realidad.
La esperanza de que Kylie fuera feliz para siempre seguía siendo fuerte. Su sonrisa radiante y su cola meneando simbolizaban su disposición a dar y recibir amor incondicional.
Como todos los perros de un refugio, Kylie merecía la oportunidad de recibir un afecto infinito. ¿Se presentaría su persona especial para cambiar su vida para siempre?