Visitante inesperado en el trabajo
Kristin Erwin comenzó su día como cualquier otro, sin darse cuenta de la sorpresa que le esperaba. Mientras se adaptaba a su rutina, notó que un perro grande, meneando la cola, se asomaba a su oficina. Su corazón se derritió al ver sus ojos gentiles pero asustados, y rápidamente le abrió la puerta.
El perro, un enorme mastín, parecía estar buscando ayuda. A pesar de su evidente miedo, mostró una conducta amistosa. Erwin y sus colegas entraron en acción y publicaron su foto en las páginas de objetos perdidos, con la esperanza de reunirlo con su dueño.
Cuando llegó el día siguiente, el perro salió de debajo de un remolque y los saludó moviendo la cola y con una cálida sonrisa. Lamentablemente, sus intentos de encontrar un hogar de acogida no tuvieron éxito y él pasó sus días en la propiedad de la oficina.
Con el fin de semana acercándose, Erwin no podía soportar dejarlo solo. Ella decidió traerlo a casa, y el Mastín, más tarde llamado Hoss, estaba eufórico de tener un hogar y mostró su agradecimiento con una sonrisa interminable.
Adaptarse a un nuevo hogar
Una vez en casa, Hoss vaciló en el umbral, inseguro de entrar. La falta de familiaridad con la vida de un perro doméstico le parecía desalentadora y los suelos de baldosas le asustaban. Como cuidador experimentado, Erwin sabía que la paciencia era clave y le dio tiempo para adaptarse.
Pasó una semana y Hoss estaba listo para conocer a los perros de Erwin. Jugaron un papel crucial al enseñarle a ser un perro doméstico. Fue una alegría para Erwin verlo ganar confianza y salir de su caparazón.
“Tan pronto como nuestros perros lo convencieron para que saliera, él los siguió. En el momento en que tocó el césped, estaba corriendo y jugando”, compartió Erwin, muy feliz por su progreso.
Hoss descubrió el placer de descansar en el sofá, saboreando la comodidad tal vez por primera vez. Encontrar la cama fue otro placer, y se contentaba con pasar horas allí, acurrucándose y dándole besos a su familia adoptiva.
Transición a un hogar para siempre
Después de un mes con Erwin en Texas, Bullmastiff Rescuers intervino para encontrarle a Hoss un hogar permanente. Aunque la despedida fue emotiva, Erwin confiaba en que encontraría la felicidad.
Hoss hizo la transición a otro hogar de acogida y pronto se mudó a Nueva Jersey, donde lo esperaba una amorosa familia. Las actualizaciones de sus nuevos padres le aseguraron a Erwin que había encontrado la alegría que merecía.
Su nueva familia compartió que Hoss ayudó a su hermana perrita, Sammy, a superar la ansiedad y se convirtió en el hermano protector que necesitaba. “Hoss era alegre, tonto y juguetón”, dijo Erwin, orgulloso de su transformación.
La vida de Hoss ahora está llena de aventuras y amor. Le gustan los viajes a la casa del lago y jugar en la nieve con Sammy, viviendo el sueño que alguna vez no pudo imaginar.