Un alma incomprendida
Cada vez que la gente miraba a Sully, veían a un «matón malo y agresivo» en lugar del corazón amoroso que yacía debajo. Sully, Pittie de cinco meses, fue juzgado únicamente por su apariencia, lo que provocó que todos lo evitaran.
Poco sabían, cinco minutos con Sully habría hecho añicos sus conceptos erróneos. Sin embargo, día tras día permaneció confinado en su jaula pequeña, anhelando que alguien vea su verdadera naturaleza.
Cada noche, Sully se iba a dormir con la esperanza de que alguien finalmente reconociera su personalidad adorable. Y un fatídico día, su deseo se hizo realidad cuando una persona especial entró en su vida.
Esa persona era Julia Correll, y su llegada marcó el comienzo de una hermosa transformación para Sully.
Luchó en el refugio durante meses
Julia Correll, de la Proyecto Perro del Desierto, vio a Sully y quedó cautivado al instante. Como voluntaria en el refugio, no podía ignorar su apariencia triste y artritis severa, lo que hacía que caminar fuera un desafío.
Sully, anteriormente conocido como Gindo, fue recogido como un perro callejero. Mientras sus compañeros encontraban hogares amorosos, él permaneció solo, apareciendo mucho mayor que sus cinco años.
Julia no podía entender por qué la gente encontraba intimidante a Sully. Para ella, él era el Pittie más amigable había conocido y estaba decidida a darle una segunda oportunidad.
Julia llevó a Sully a salidas diarias al parque, donde se sumergieron en la belleza del mundo, formando un vínculo que cambió la vida de ambos para siempre.
El perro más fácil que jamás haya tenido su mamá
Lo que comenzó como una prueba de acogida rápidamente se convirtió en un acuerdo permanente. En sólo unos meses, Sully había convencido a Julia para que fuera su por siempre mamá.
A pesar de que le llevó seis meses adaptarse a la vida hogareña, Sully dejó claro que él era el crianza más fácil Julia lo había tenido alguna vez. Su encanto y amor la conquistaron por completo.
Julia incluso le consiguió a Sully su propio cochecito, lo que le permitió acompañarla en sus aventuras sin preocuparse por su condición. Exploraron la ciudad, hicieron nuevos amigos y disfrutaron cada momento juntos.
Para mejorar aún más su calidad de vida, Julia le proporcionó a Sully tirantes personalizados, inyecciones articulares, acupuntura y fisioterapia. Ella estaba comprometida a ayudarlo a vivir como cualquier otro perro.
Un nuevo capítulo con un nuevo hermano
La dedicación de Julia no terminó ahí. Sorprendió a Sully con el mejor regalo que podría pedir: un hermano perro llamado Effie.
La llegada de Effie trajo una inmensa alegría a Sully. Asumió el papel de un amoroso y protector. hermano mayor, colmándola de suave cuidado y afecto.
Después de todas las dificultades, Sully finalmente tuvo una familia que no lo abandonaría. Juntos, se embarcaron en innumerables aventuras, explorando su hogar en Arizona.
El amor de Julia transformó la vida de Sully, dándole la oportunidad de experimentar la felicidad y el amor incondicional como nunca antes. El viaje de Sully de la desesperación a la alegría es un testimonio del poder del amor y las segundas oportunidades.