Cuando invitamos a un perro a nuestros hogares, nos comprometemos a amarlo y apreciarlo para siempre. La alegría que sentimos al mover la cola y sus ojos felices es inmensa. Sin embargo, es desgarrador saber que muchos perros soportan años de maltrato y abandono, privados del amor que merecen.
Desafortunadamente, algunos perros son abandonados una vez que enferman. Esto es exactamente lo que le pasó a Kicho, un dulce canino que sufrió una grave traición. En lugar de recibir atención, su familia la encadenó y luego la abandonó en un campo, dejándola desconsolada y esperando su regreso.
Buenos humanos vienen a rescatar a un cachorro triste
Un granjero local vio al cachorro abatido tirado en el campo y rápidamente se puso en contacto con un equipo de rescate. Los rescatistas quedaron desconsolados al ver su estado. Kicho no tenía pelo y parecía desesperado, con rasguños cubriendo su cuerpo.
Desesperados por ayudar, se acercaron cautelosamente a ella. Sus ojos reflejaban una inmensa tristeza, y cuando un rescatista intentó tocarla, ella salió corriendo asustada.
En la clínica veterinaria
A pesar del revés inicial, los rescatistas persistieron y finalmente lograron capturar a Kicho y llevarla a una clínica veterinaria. El veterinario le diagnosticó sarna y sarna y señaló que sus infecciones de la piel eran crónicas. Le recetaron antibióticos. Su pierna también sufrió un esguince y su cuello presentaba heridas por la cadena..
La pobre cachorra todavía desconfiaba de sus rescatadores. Dudó en confiar en ellos, pero cuando le ofrecieron comida, la devoró rápidamente, revelando lo baja de peso que estaba y lo hambrienta que estaba.
El perro comienza a sentirse mejor
El personal de la clínica se dedicó a la recuperación de Kicho. La llamaron Kicho y trabajaron duro para ganarse su confianza. Sus corazones se derritieron cuando ella finalmente los miró con sus dulces ojos. Su piel comenzó a sanar y recuperó sus fuerzas., deleitando a sus cuidadores.
Kicho empezó a comprender que estos humanos eran amables. Sin embargo, todavía estaba demasiado asustada para aventurarse a salir. El personal la atrajo hábilmente con comida y ella comenzó a explorar con cautela, meneando la cola con entusiasmo.
Al principio, a Kicho todavía le picaba la piel, pero el medicamento pronto hizo efecto y la picazón disminuyó. Sus cuidadores quedaron encantados cuando se recuperó por completo., su pelaje volvió a crecer para revelar un perro hermoso y alegre listo para salir de la clínica.
Rodeado de amor
Uno de los rescatistas de Kicho vino a llevarla a su nuevo hogar. La felicidad de Kicho era evidente ya que no podía dejar de sonreír. Comenzó su nueva vida en un hogar de rescate seguro y de acogida..
El nuevo cuidador de Kicho la colmó de amor y atención. Finalmente se sintió adorada y querida., sabiendo que nunca más volvería a enfrentarse a la negligencia o el abandono.
Debemos una inmensa gratitud a los rescatistas y cuidadores que transformaron la vida de Kicho, brindándole la felicidad que merecía.