Un viaje de acogida sorprendente
Cuando Kaitlin Devoto decidió criar un perro, sabía muy poco. Ni siquiera sabía si el perro era macho o hembra. La primera vez que vio al perro fue cuando lo recogió en Cincinnati. Fue un momento de pura curiosidad y emoción.
En el centro de recogida de Nueva York, Kaitlin vio un encantador caniche rojo. La perra parecía estar produciendo leche, lo que Kaitlin pensó que se debía a una camada reciente. No se sorprendió demasiado, ya que es común que las madres de las fábricas de cachorros todavía estén lactando cuando son rescatadas.
El caniche parecía muy delgado, como si no hubiera comido adecuadamente en mucho tiempo. Kaitlin sabía que podía ayudar. Se llevó al caniche a casa, decidida a brindarle la nutrición y los cuidados que necesitaba desesperadamente.
Lo que ella no sabía era que esto era sólo el comienzo de un viaje increíble. Kaitlin estaba a punto de descubrir algo que cambiaría todo para ella y el caniche.
Una nueva llegada inesperada
Apenas cuatro días después de haber comenzado la crianza, Kaitlin se despertó con un descubrimiento sorprendente. Allí, en la cama del perro, había un cachorrito diminuto. ¡La mamá perra había dado a luz durante la noche sin que Kaitlin se diera cuenta! Rápidamente comprobó si había más cachorros en camino, pero solo encontró uno.
Al darse cuenta de que la mamá y su nuevo bebé necesitaban consuelo, Kaitlin tomó algunas mantas y les preparó un lugar acogedor. Quería asegurarse de que ambos se sintieran seguros y cálidos en su nuevo entorno.
Cuando miró más de cerca al cachorro, notó que era pequeño y adorable, parecido a un pequeño nugget de pollo. Naturalmente, ella lo llamó Chicky Nug. Ahora solo necesitaba encontrar un nombre apropiado para la mamá.
De acuerdo con el tema, Kaitlin decidió llamar a la mamá Mickey D. Fue una elección linda y divertida que combinaba perfectamente con el nombre del pequeño cachorro. Ahora la pequeña familia estaba completa.
Creciendo rápido
El tiempo pasó volando y el pequeño cachorrito, Chicky Nug, creció rápidamente. Se volvió muy juguetón, a menudo se le veía corriendo y haciendo zoomies. Kaitlin notó que le encantaba morderse los dedos de los pies y jugar con juguetes, lo que demuestra lo lleno de energía que estaba.
Mickey D también empezó a salir de su caparazón. Le gustaba jugar con sus juguetes nuevos y cada día se volvía más extrovertida. El perro tímido que Kaitlin conoció por primera vez se estaba convirtiendo en una mascota cariñosa y segura de sí misma.
Actualmente, la familia de perros todavía está con Kaitlin y disfrutan de su tiempo juntos. Sin embargo, pronto buscarán sus hogares definitivos a través de Louie’s Legacy Animal Rescue en Nueva York. El proceso de adopción ayudará a garantizar que encuentren las familias perfectas.
Aunque no está claro si ya han sido adoptados, no hay duda de que estos adorables perros encontrarán su hogar pronto. ¿Quién podría resistirse a unas mascotas tan encantadoras?
El corazón de la crianza
Criar a un perro es un acto de pura bondad. Abrir su hogar a una mascota callejera o abandonada y ayudarla a recuperarse de sus dificultades pasadas es verdaderamente heroico. Estos perros necesitan un nuevo comienzo y los padres adoptivos están ahí para guiarlos en cada paso del camino.
Esta historia destaca el viaje de una perra y su inesperado cachorro. Kaitlin Devoto, sin saber mucho, decidió criar un perro. No supo el sexo ni la edad hasta que el perro llegó a Cincinnati y comenzó su aventura.
En el centro de recogida de Nueva York, Kaitlin vio un hermoso caniche rojo. La perra parecía estar lactando, probablemente de una camada reciente. Es común que las madres rescatadas de fábricas de cachorros todavía produzcan leche, ya que a menudo son descartadas una vez que sus cachorros son destetados.
El caniche estaba delgado y hambriento, pero Kaitlin sabía que podía ayudar. Se llevó al perro a casa, lista para brindarle el amor y el cuidado que necesitaba. Lo que ella no sabía era que esto era sólo el comienzo de un viaje increíble lleno de sorpresas.